En nuestra sede principal, el Hogar Santa Rita de Cascia en Bogotá, nos reunimos con fervor y alegría para celebrar la eucaristía en honor a nuestra Santa Patrona, protectora de los más necesitados y símbolo de esperanza en los momentos más difíciles.
En este espacio que alberga día a día el amor y el cuidado hacia niños y niñas con discapacidad, rendimos homenaje a Santa Rita, agradeciendo su infinita bondad y reconociendo en ella la inspiración que nos impulsa a seguir adelante en nuestra misión; un lugar donde hemos sido testigos de cómo niños encuentran un nuevo hogar, dan sus primeros pasos y forjan lazos inquebrantables con nuestros voluntarios, funcionarios y benefactores.
Es por ello que hoy, agradecemos a los encargados de organizar y llevar a cabo esta celebración cada año, al Padre Juan Carlos Burbano de la Congregación de Misioneros Oblatos por su emotiva homilía y a todas las personas que desde la distancia nos acompañaron de manera virtual.
Esta eucaristía representa un llamado a la unidad, a la solidaridad; que la luz ilumine nuestro camino y nos inspire a continuar construyendo un mundo más inclusivo donde la esperanza sea la fuerza que nos impulse a alcanzar lo imposible.