Skip to main content

En días pasados la Fundación Proyecto Unión recibió una donación inesperada que ayudará a fortalecer la pasión por el aprendizaje a través de la lúdica, la tecnología, la innovación y la diversión, se trata de un domo elaborado en México, único en su género en nuestro país, que comenzó como una iniciativa de negocio pero que finalmente, por obra de Santa Rita de Cascia, llegó para transformar la vida de muchos niños.

“Esta iniciativa comenzó como un proyecto de emprendimiento, de tipo lúdico y educativo, dirigido a colegios y fundaciones para apoyar de una manera diferente con documentales en tercera dimensión los procesos de aprendizaje”, nos contó nuestro ángel donante Luis Gabriel Forero, profesional en mercadeo y publicidad. Este proyecto lo enamoró, era su plan B, ya que tiene actualmente tiene su trabajo y a pesar de las dificultades que se le presentaron para realizarlo, junto a dos socios lo hicieron realidad. Fue todo un proceso de aprendizaje en donde alcanzaron hacer algunas presentaciones, pero como negocio no resultó, los socios se salieron y él quedó a cargo.

Aunque Gabriel, seguía trabajando, la situación respecto al domo era compleja, la pandemia también lo afectó para seguir con su emprendimiento así que siendo muy devoto de Santa Rita de Cascia, lo puso en oración para tomar la mejor decisión, ya que venderlo por partes era una opción, pero no se sentía satisfecho con ello. Por cosas del destino, le llegó un correo de la U. Javeriana donde hizo su especialización, acerca de una campaña de apoyo al Hogar Santa Rita de Cascia, programa de la Fundación Proyecto Unión y ese nombre le tocó las fibras de su corazón, esa Santa, Patrona de los Imposibles, se le presentó en su vida hace 4 años y tiene un gran significado para él.

Así fue como Gabriel junto a su esposa Irida Heidi Cavanzo conocieron la fundación, se volvieron ángeles donantes y sintieron ese llamado de amor y cariño que los llevó a tomar la decisión de donar el domo para los niños, actividad que se realizó en días pasados, en la sede de Casa de los Ángeles de Tocancipá. “Si no funciona para mí, no significa que deba morir” expresó Gabriel, quien junto a su esposa Irida Heidi, se sienten felices pues saben que el domo cumplirá la misión para la cual fue adquirido. Por su parte la Fundación solo tiene sentimientos de gratitud a la obra de nuestra Santa y a sus gestores, pues en compañía del Parque Jaime Duque, el domo abrirá de nuevo las puertas para que muchos niños lo aprovechen, se diviertan y aprendan de una manera diferente.