Hoy queremos compartir una historia de amistad y de servicio, de Don Carlos Muñoz, un abuelo de 93 años, nacido en Medellín, quien durante toda su vida trabajó desempeñando varios oficios, entre ellos el de conductor. Por circunstancias de la vida terminó solo, viviendo en las calles de Bogotá y desde hace 18 años forma parte de nuestros programas de adulto mayor, asistiendo diariamente al Comedor María es mi Madre para recibir sus alimentos y pasando la noche en Casa de la Esperanza.
Su salud empezó a deteriorarse desde hace dos meses ya que no puede caminar, ni valerse por si solo. Carlos siempre se ha distinguido por su amabilidad, siendo muy querido entre la comunidad, actualmente cuenta con el apoyo de verdaderos amigos como Gerardo Figueroa, de 75 años, vecino de cuarto, quien está pendiente de verificar si Carlos prende la luz todos los días a las 5:30 am , así como Daniel Castillo, quien a pesar de trabajar y vivir en el otro extremo de la ciudad, lo aprecia por que fue quien cuidó a su padre en los últimos años de vida y lo acompaña sin falta a todas sus citas médicas.
Luego de revisarlo en su habitación de Casa la Esperanza nuestra organización determinó que Don Carlos necesita un cuidado permanente, por ello, gestionamos su traslado a un hogar geriátrico que tiene la posibilidad de cuidarlo 24 horas al día, muy cerca de nuestra sede, así que seguiremos muy pendientes de su estado de salud y bienestar.
Hoy queremos exaltar y agradecer al Parque Jaime Duque, porque gracias a su aporte generoso ofrecemos 150 desayunos y 250 almuerzos todos los días del año y a Álvaro Correa y su esposa por su gran compromiso y aporte constante para sostener el Hotel Casa de la Esperanza , hogar donde pasan la noche 55 adultos mayores en condición de calle, además a todos los que hacen sus aportes permanentes para que nuestra misión con el adulto mayor vulnerable se mantenga en el tiempo.