Lina Morales y Wilson Celis son una joven pareja, quienes se casaron desde hace 4 años, de esa unión nació Emma, una hermosa pequeña que acababa de cumplir un año y por lo tanto sus padres tuvieron la iniciativa de celebrar de forma diferente ese gran día para su hija.
Planeando el cumpleaños de la bebé, en un principio querían hacer algo pequeño, pero con el tiempo, Lina quiso hacer algo muy grande. Más allá de celebrarle el cumpleaños a la niña, para ella se trata de una celebración de los papás, pues significa un año de vida en familia, en el que todo ha salido bien.
“La salud de los hijos es algo que no se puede pagar”, comenta la mamá. “No tenía sentido celebrar nosotros porque sí, porque estamos en deuda por la buena salud de la bebé”. Había que encontrar la forma de agradecerle a Dios por todo, y qué mejor forma de hacerlo que compartiendo con los demás.
A la fiesta asistieron más de 100 personas y en la lista de invitación adjuntaron el “Tablero de los Sueños” de la fundación, que es una lista de las principales necesidades de los niños del Hogar Santa Rita de Cascia, un lugar donde se atienden las 24 horas al día, todo el año, a 62 niños con enfermedades de alta complejidad, quienes en su mayoría no cuentan con una familia. La sorpresa de la familia fue muy grande cuando las personas invitadas a la fiesta llegaron con cajas llenas de donaciones, nunca imaginaron que la idea fuera a tener tanta acogida.
La idea de compartir con quienes más lo necesitan en vez de recibir regalos para la pequeña Emma, va de la mano con el tipo de crianza que le quieren impartir a su hija. Pese a que tuvieron en la mira a varias fundaciones, escogieron a Proyecto Unión por una casualidad de la vida, la manicurista de Lina le comentó que conoce a alguien que trabaja en una fundación de niños con enfermedades de difícil manejo y allí la familia hizo clic con la fundación.
Ya pasaron varios meses desde la fiesta de Emma y los asistentes, después de apoyar esta gran iniciativa, querían saber más sobre “la fundación de Emma”, porque les pareció que compartir el cumpleaños con muchos otros niños que, de alguna u otra forma, necesitan del cariño y el apoyo de los demás para salir adelante, era el regalo perfecto.