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En tiempos de dificultad la solidaridad resulta como caída del cielo, sobre todo cuando se trata de brindar los alimentos diarios a seres humanos en condición de vulnerabilidad como lo son los niños que padecen enfermedades complejas y en condición de abandono, así como los adultos mayores habitantes de calle que deambulan en las calles de la capital.

Poner en acción ese deseo de ayudar fue la decisión que tomaron las hermanas Andrea y Nataly Alejo, quienes unieron esfuerzos para brindarle un desayuno completo, caliente a 120 abuelitos beneficiarios del Comedor María es mi Madre de la Fundación Proyecto Unión. El compromiso como sociedad por los más necesitados también se hizo evidente por las damas integrantes de “Colombia en Marcha”, organización que periódicamente realiza actividades que convocan a la solidaridad para ayudar a los más necesitados, donando mercado para atender las necesidades de los niños del Hogar Santa Rita de Cascia.

La unión de esfuerzos hace posible transformar vidas, cada día nuestra fundación se levanta a recuperar la esperanza de los seres en condición de vulnerabilidad y esa misión solo es posible gracias al apoyo de nuestros ángeles donantes, quienes en esta oportunidad nos ayudan a satisfacer las principales necesidades de alimentación de nuestros beneficiarios. Hoy más que nunca, debido a la situación actual de pandemia estos apoyos resultan indispensables y nos motivan a no parar y luchar cada día para que a los niños y abuelos beneficiarios nunca les falte nada.