Con una bandeja paisa preparada con todo ingredientes que la componen, incluyendo mucho amor, sorprendieron los voluntarios de Corteva a más de un centenar de adultos mayores en condición de calle, beneficiarios del comedor María es mi Madre.
Está importante empresa líder en la fabricación de pesticidas, se ha sumado de manera solidaria al cumplimiento de nuestra misión a través de donaciones y voluntariados que han transformado la vida de niños y abuelitos vulnerables.
Los abuelitos que diariamente visitan este comedor comunitario se deleitaron con cada bocado de este menú tan especial y agradecieron este gesto de bondad al equipo de voluntarios que nos acompañó en esta oportunidad.