Skip to main content

Durante este mes de mayo, son muchas las historias de madres guerreras que inspiran y un sin número de homenajes los que se rinden a esos seres tan valiosos en la vida de cada persona, como lo son las madres, por ello, en esta fecha tan especial, queremos compartir el detalle de amor y cariño que tuvo “Mateo”, un joven de 18 años, con parálisis en su cuerpo, beneficiario de la Fundación Proyecto Unión, con su madre, quien trabaja en Venezuela y con aquellas personas que actualmente se encargan de cuidarlo y acompañarlo en medio de su compleja situación.

Gracias a su hobby que es pintar, el “Rey del Arte” como le gusta que lo llamen, vende sus cuadros, con el apoyo del programa de “Voluntarios en Acción” y con esos ahorros le envió plata a su mamá para celebrar su día y que ella se pudiera comprar un Club Sandwich con papa frita, que le encanta. Por otra parte quiso tener un detalle con Vivian Carolina Torres, integrante del equipo de Servicios Generales de la Fundación, quien desde hace año y medio, cuando llegaron los dos a la fundación, se ha convertido en esa figura materna que “no solo lo cuida y consiente, sino que también lo regaña”. El gesto de gratitud para Viviana era comprarle una pizza con sus ahorros, pero la invitación alcanzó para compartir ese día tan importante con todo el equipo de colaboradores y estudiantes que se encontraban trabajando en la fundación, el pasado domingo día de la madre y hacerlos sentir especiales.

Actualmente Mateo estudia en el programa “Aula Pedagógica”, trabaja para su recuperación física de la mano de un equipo interdisciplinario, que lo cuida 24 horas al día y pinta cuadros para cumplir sus sueños, el primero comprarle una casa a su mamá, que actualmente vende tintos en Venezuela y el otro viajar a Estados Unidos a ver un partido de la NBA.

Las grandes necesidades que afrontó su familia desde pequeño en Venezuela y la difícil travesía que realizó para llegar a Colombia, en busca de una mejor vida para ayudar a su mamá, hicieron de Mateo un joven resiliente, que asumió con fortaleza la grave enfermedad que le impide movilizarse y que cada día, como en esta ocasión, en medio de la adversidad, nos enseña cómo con un gesto tan sincero y pequeño que nace desde el corazón, se puede expresar ese sentimiento de amor hacia los seres queridos, dejando para todos una gran lección de vida.