Skip to main content

Desde el pasado mes de abril, cuando se realizó la apertura a la primera etapa del Hogar Amparo Quin, en la sede del Centro de Vida de Tocancipá, se dio lugar a las primeras vacaciones recreativas campestres, para los niños beneficiarios de la Fundación Proyecto Unión, logrando un significativo cambio en la vida de estos pequeños y sus cuidadores.

El hecho de salir a disfrutar del aire puro que ofrece esta sede, grandes espacios y un entorno abierto que permite el contacto permanente con la naturaleza, ha tenido una incidencia significativa en los procesos de salud y desarrollo de cada niño y niña, beneficiario, generando cambios sobresalientes, particularmente en aquellos que poseen una alta sensibilidad sensorial, afirmó Mary Trujillo, integrante del equipo psicosocial.

Todo el equipo interdisciplinario de profesionales que trabaja en el cuidado integral de los niños beneficiarios ha sido testigo de esos importantes avances. Como por ejemplo, el área de enfermería que resalta el hecho que haya una disminución de crisis convulsivas, espasmos musculares y sobre infecciones, además de una importante mejoría en los patrones de sueño, de marcha y posición, así como en los procesos superiores tales como atención, memoria, lenguaje y comunicación con el entorno.

Por su parte, las integrantes del equipo de psicosocial, resaltan que durante ese proceso de adaptación al nuevo ambiente, se han observado los niños más alertas, logrando una activación comportamental en relación a exploración del entorno, marcha, gateo, siendo más receptivos y fortaleciendo la interacción con sus pares.

Asimismo las integrantes del área de pedagogía, afirman que el espacio resulta propicio para la estimulación temprana, logrando resultados importantes como el equilibrio para que algunos niños consigan realizar una caminata autónoma y segura. Por otro lado, se pudo evidenciar que el espacio fortalece los procesos de motricidad gruesa como lo son el correr, saltar y gatear. Además, la zona verde se presta para lograr una estimulación táctil con diferentes texturas como lo son el agua, la tierra, el prado, las hojas secas, las piedras, entre otros, esto ha permitido que la lectura al aire libre sea uno de los espacios favoritos por los niños.

El impacto más grande de estas vacaciones sin duda alguna se ve manifestado en el rostro de cada uno de los niños, que transmite sus grandes emociones a través de una sonrisa, una mirada llena de alegría y la tranquilidad que le proporciona el vivir en este nuevo hogar. Gracias a todos los que han hecho posible que este sueño en construcción sea una realidad que permite transformar muchas vidas. Desde ya las puertas de esta nueva sede están abiertas para que nuestros voluntarios, practicantes, aliados y amigos nos visiten y apoyen la importante misión de devolver esperanza a los niños que más lo necesitan.