Después de sufrir un grave accidente por estallido de gas en su ciudad natal Perú, la señora Olga Salas, pierde un hijo de dos años, le sobreviven un bebé de dos meses y le quedan gravemente heridos sus otros dos hijos mayores. El pasado 18 de junio buscando una mejor calidad de vida para sus hijos y atendiendo el llamado de la Fundación del Quemado, “Piel para Renacer”, viajó hasta Bogotá, dejando a su bebé en casa y llegó a nuestro hogar “Casa de los Ángeles” junto a sus hijos Mauricio y Jesús para que recibieran tratamiento a sus quemaduras.
Gracias al convenio con dicha fundación, logramos ofrecer durante dos meses un lugar lejos de casa para esta familia que enfrenta la adversidad, mientras ellos recibían atención médica, durante este periodo pudimos cuidar a Jesús y Mauricio, jóvenes sencillos y valientes quienes adelantaron dos intervenciones quirúrgicas de manos y rostro en la Clínica Santafé. Esta familia a pesar de la difícil situación, compartió sus costumbres con los miembros del equipo de la fundación de esta sede, participó en las diferentes actividades de la casa, recibió alimentación, terapias y cariño a cambio, nos regalaron una fuente de inspiración por su admirable ejemplo de superación.
Durante su tiempo libre esta familia peruana visitó las instalaciones del Parque Jaime Duque, que colinda con nuestra casa, en donde disfrutaron de las atracciones, además que gracias a las coordinaciones por parte de nuestra fisioterapeuta Lilián Beltrán, se pusieron el delantal para preparar los mejores platos de su cultura gastronómica a los funcionarios del parque, de la mano del Chef, siendo esta actividad una invaluable terapia para fortalecer su recuperación.
“Gracias por acogernos, en estos meses hice una bonita amistad con todos, me gustaba mucho estar en la cocina ayudando y aprendiendo”, expresó Olga. Hoy después de dos meses y con ganas de regresar a su casa y ver a su bebé, lograron viajar gracias al apoyo del Equipo de Desarrollo Institucional, que gestionó con el apoyo de ángeles donantes sus tiquetes de regreso.
Cumplimos la misión de devolver esperanza y eso nos llena de motivos para seguir transformando realidades. Gracias a Olga y a sus hijos por enseñarnos que en la vida no debemos preguntarnos el porqué de las cosas sino el para qué, hoy esta familia nos deja una gran enseñanza de lo que el amor de madre puede hacer, cruzando fronteras por sus hijos.